A horas del estreno de "El último pasajero", el programa que conducirán juntos por la pantalla de Telefe todos los domingos, Flor Vigna y Nico Occhiato tuvieron un cara a cara en "PH, Podemos Hablar".
En el famoso punto de encuentro, Andy Kusnetzoff le pidió a los exnovios que reflexionaran sobre la posibilidad de mantener una amistad después de finalizar una relación. A horas de debutar como dupla televisiva, se sinceraron sobre su separación, intercambiaron miradas cómplices y contaron el motivo por el que aceptaron el proyecto, remarca un informe de Teleshow (Infobae).
“Nosotros hoy no somos amigos, nos tocó trabajar juntos ahora, pero en realidad en el 2020 nos habían ofrecido lo mismo”, dijo Occhiato. Y asumió que para ese entonces todavía estaban juntos. “Terminamos la relación hace un año, y no si nos cruzábamos en algún evento, buena onda siempre, pero no era amistad y hoy tampoco lo es”, recalcó. Sin embargo, se ocupó de transmitir el cariño que siente por su expareja: “Hay algo muy fuerte que pasa cuando no existe una traición, una infidelidad, que es que Flor era mi familia, yo hablaba más con ella que con mi familia, nos confesábamos todo”.
¿Amigos? La cruda revelación de Matías Camisani sobre su vínculo con su ex pareja, Dolores BarreiroVigna lo interrumpió para sumar su versión y confesó las distintas etapas que vivieron hasta aceptar que no podían continuar como novios. “Fue mi relación más larga, el dolor estaba, pero se pudo solucionar con el tiempo”, sostuvo. Y agregó: “Me pasa que me alegro de que a él le vaya bien, lo veo productor, con sus amigos, su familia; y lo mismo de mi lado, que me animé a muchos sueños que no me animaba, y me hizo un ave fénix que no lo hubiese podido lograr de otra manera”.
Occhiato aseguró en que el duelo fue largo para los dos, y reconoció que hicieron un sinfín de intentos por remontar la relación. “Gabriel Rolón dice a veces el amor no alcanza...”, sumó Kusnetzoff, y el invitado coincidió: “Puede ser, pasa que nos costó entenderlo”. También participó Luis Novaresio del momento, y le preguntó a ambos si habían hablado con sus actuales parejas sobre la decisión de conducir juntos un ciclo. “Yo no tengo actual”, lo corrigió Occhiato, mientras Vigna se preparaba para hablar de la reacción de Luciano Castro cuando le comentó que iba a compartir un proyecto laboral con su exnovio. “Sí, re contra lo charlamos”, deslizó. Y, tras un breve silencio, Nico tomó la palabra para hablar en su nombre. “Acá me meto en un tema que no es mío, pero por conocerla a ella puedo decir que es una mujer que cuando está enamorada te lo demuestra y te da seguridad que no va a pasar nada, lo sé porque lo viví siete años”, dijo. Entre risas y cierto nerviosismo, Flor le agradeció su respuesta y bromeó: “Qué bien, que buen ex”.
“Cuando laburás expuesto pasa mucho, más que Flor también es actriz, y hubo muchas circunstancias en nuestra pareja que podía pasar de estar inseguro, pero ella nunca me dio un motivo y siempre me dio la seguridad, que imagino que es lo que estará haciendo ahora en su relación”, reafirmó. La cantante volvió a tomar las riendas de la conversación y aseguró: “Cuando empecé a salir con Lucho ya había pasado mucho tiempo de la separación y vivimos como un amor en cautiverio hasta que estuvimos seguros para contarlo”.
“Lo veía a Nico re seguro, siempre fue así él. Fue el que más decidió. Nico me dejó siete veces, él estaba muy curtido ya”, sentenció. Occhiato recogió el guante y explicó lo que sucedía: “Siete no, capaz sí fui el que tomaba la decisión pero de algo que era evidente, y teníamos formas distintas de percibir la vida y la pareja en un punto, pero por el amor que nos teníamos lo intentábamos”.
“Por ahí era yo el que tomaba la iniciativa, de decir esto no está funcionado, aunque yo también lloraba y la pasaba mal, pero había que tomar la decisión”, comentó. Sobre el presente profesional que los encuentra al frente de El último pasajero -programa que llega a la pantalla de Telefe a las 18.30 el domingo- la artista reveló la forma en que lo abordaron: “Cuando llegó la oportunidad de conducir sentimos que era un sueñazo para él y para mí también, fue como: ‘No te odio, quiero siempre que te vaya bien’, y aceptamos”.